Romper el silencio: cómo hablar de salud mental en el trabajo
- Christian Guzmán Mazuelos
- 20 dic 2024
- 3 Min. de lectura

Hablar sobre nuestras necesidades de salud mental en el trabajo puede ser una de las cosas más difíciles que enfrentamos en nuestra vida profesional. El miedo al rechazo, a ser juzgados o incluso a perder oportunidades de crecimiento nos puede frenar, aunque sepamos que nuestro bienestar depende de ello. Este sentimiento de vulnerabilidad no es raro; de hecho, es una experiencia común entre los trabajadores en todo el mundo. La Universidad de Harvard ha subrayado cómo estos temores pueden impedir que los empleados busquen la ayuda que necesitan, contribuyendo a un ciclo perjudicial tanto para el individuo como para la organización.
Es comprensible que la idea de hablar sobre nuestra salud mental en el trabajo nos cause ansiedad. Nos preocupa que nuestros colegas o superiores nos vean de manera diferente, que piensen que no somos capaces de manejar la presión, o peor aún, que consideren que ya no somos valiosos para la empresa. Sin embargo, cuando estas conversaciones se manejan de manera adecuada, no solo pueden ser beneficiosas, sino que también pueden transformar nuestra experiencia laboral. El truco está en cómo enmarcamos estas discusiones: en lugar de enfocarnos en nuestras dificultades, podemos hablar sobre las soluciones y el apoyo que necesitamos para ser más efectivos y felices en nuestro trabajo.
Muchos de nosotros hemos crecido en entornos donde mostrar cualquier tipo de debilidad es visto negativamente, y este condicionamiento se traslada a nuestra vida laboral. Según la Universidad de California, San Francisco, el estigma alrededor de la salud mental sigue siendo un obstáculo importante en el lugar de trabajo. La idea de que admitir nuestras luchas podría hacernos parecer menos competentes es profundamente arraigada. Este temor no solo nos lleva a esconder nuestras dificultades, sino que también puede intensificar nuestros problemas, creando un círculo vicioso de estrés y ansiedad que podría haberse prevenido con un simple diálogo.
La realidad es que no todas las organizaciones están preparadas para manejar estas conversaciones de manera positiva. Algunas empresas todavía luchan por entender el valor de la salud mental, y su respuesta podría no ser la que esperábamos. Sin embargo, hablar sobre nuestras necesidades es un paso crucial hacia el cambio. Incluso si no obtenemos la respuesta ideal de inmediato, estas conversaciones abren la puerta a una mayor conciencia y pueden incitar a las organizaciones a revisar sus políticas y prácticas.
Como hemos visto en números anteriores de este newsletter, las organizaciones tienen mucho que ganar al apoyar activamente la salud mental de sus empleados. Las empresas que priorizan el bienestar mental ven una mejora significativa en la retención de empleados, la satisfacción laboral y, en última instancia, en sus resultados financieros. Puedes encontrar nuestra propuesta integral para promover el bienestar y la salud mental en las organizaciones en esta publicación:
Sin embargo, este cambio cultural requiere un esfuerzo consciente por parte de los líderes de la organización, quienes deben ir más allá de las palabras y realmente implementar políticas que apoyen a sus equipos. Los líderes que promueven activamente el bienestar mental en el trabajo no solo mejoran la vida de sus empleados, sino que también crean un ambiente de trabajo más cohesivo y productivo. Esta es una inversión en nuestra salud, y también en nuestra carrera, ya que nos permite desempeñarnos al máximo de nuestras capacidades.
Como empleados, tenemos el derecho de trabajar en un entorno que no solo sea seguro físicamente, sino también mentalmente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido estándares claros que todas las empresas deben seguir para garantizar el bienestar mental de sus empleados. Estos incluyen la promoción de la salud mental a través de políticas proactivas y la capacitación de los líderes para que puedan identificar y abordar problemas de manera efectiva. Estas no son solo recomendaciones; son los cimientos de un entorno de trabajo saludable y productivo.
Hablar sobre nuestra salud mental también significa enfrentarnos a nuestros propios miedos y aceptar que, aunque la conversación pueda ser incómoda, es esencial para nuestro bienestar a largo plazo. En última instancia, abordar nuestras necesidades de salud mental en el trabajo es un acto de valentía. Puede ser intimidante y frustrante, especialmente si tememos no ser comprendidos o apoyados. Pero es importante recordar que estamos defendiendo nuestro derecho a un entorno de trabajo saludable.
Cada vez que abrimos estas conversaciones, estamos ayudando a cambiar la cultura laboral para nosotros mismos y para los demás. Al final del día, nuestro bienestar es invaluable, y merecemos trabajar en un lugar donde se reconozca y se apoye plenamente.
Cuidate mucho!!!
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